Capítulo IV: "Ruta Brasil: en el país de los GIGANTES...y de las kombis."

"¿Cuándo empieza realmente una historia? ¿En qué instante preciso de la realidad parece cambiar de forma, de figura, y entonces uno sabe que ha sido lanzado a una serie de acontecimientos que le modificarán la vida para siempre". Así abre el libro Los hombres invisibles, del escritor colombiano Mario Mendoza y de alguna forma, se acerca bastante al presente de los dos aventureros.

Luego de una mañana lluviosa donde el agua caída del cielo era su único acompañante, la pareja "lectora" decidida a conquistar su segundo país se lanzó nuevamente a las rutas... ruta brasil. Despidiéndose de un país hermano y de su gente que tan bien los habían tratado, internamente pensaban que lo que vendría sería una prueba de fuego. Brasil: el país gigante que nunca termina con sus morros desbordando por todos lados... y su idioma...

Un escritor argentino, Ricardo Piglia, sostiene que el verdadero exilio es la lengua; uno siente un extrañamiento cuando sus pensamientos mudan de idioma y eso que se idealiza como la "patria" o la "casa" no es más que la propia lengua, el propio idioma. Tal vez esa teoría es la que más les daba vueltas por sus cabezas. La mayoría de los viajeros que emprenden un proyecto de este tipo "evitan" o acortan el paso por el territorio verdeamarelo; mas sabemos, que los dos kombinautas reacios a los "peros" intentarían una nueva conquista...



Muchos piensan que la vida es un escenario, y que eso que llamamos nuestra propia vida, solo depende de como la interpretemos, algunos gustan de las tragedias, otros gustan de las comedias, y así se desenvuelen los relatos...
Y como ustedes saben, queridos lectores, estos tres personajes gustan de las aventuras...
Y así es como se prepararon para salir al escenario...

Dicen que el joven profesor, en su papel de estrella, exigía por contrato no más primeros planos ya que creaban la ilusión de que su antigua cabellera era ahora una incipiente pelada. La arrogancia y la prepotencia de la pareja "televisiva" se hacía sentir, y la bella "encantadora de niños" juraba nunca más hacer ejercicios y dieta... En este clima no les quedó otra que salir a escena y comenzar un nuevo capítulo de esta larga y emocionante historia titulada "Amérika en kombi"...

Salieron del Chuí luego de comprar inumerables cosas (a saber, dos pilas, un shampoó y unas papas fritas Pringles) para cruzar la frontera Uruguay-Brasil. El cambio fue brusco: lo que antaño era fotos y saludos en gendarmería, ahora se convertía en un frío papelerío de aduana que dejaba a los viajeros con el permiso de transitar 90 días por todo Brasil.

Tomando la ruta BR 471 con proa al norte la "clandestina" los conducía armoniosamente bajo una lluvia bien brasilera a su primer ciudad: Pelotas... Sí ya sé queridos lectores, que ustedes, pensarán o harán chistes con que los dos pobres maestros estaban en pelotas y demás, pero ese chiste sólo juega de local y ellos sólo pensaban en llegar antes del anochecer...

Sabían del Brasil y sus rutas y también de los camiones y demás, pero de GIGANTES en la noche era otra historia. Obviamente la noche los atrapó en la carretera rodeados de camiones y de lluvias, entrando a una ciudad desconocida, con un idioma poco conocido (hasta ese momento ellos creían que los 3 años de estudio era suficiente para dominar el portugués...jajaja, qué ingenuos!!!).

Por suerte, luego de muchas equivocaciones y llamadas cruzadas a familiares y amigos, dieron con la ciudad y con unos amigos de unos tíos del inefable profesor: Horacio y Caren, dos profesores de danza que no tardaron ni un segundo en brindarles la calidez de su casa y la típica alegría brasilera. Después de tanto conducir y de luchar contra los gigantes, unas merecidas caipirinhas eran degustadas por los 4 fantásticos...

La estadía en la ciudad se alargó más de lo que pensaban debido a las intensas lluvias e inundaciones de zonas del sur y de rodovías. Pasaron una semana descubriendo una ciudad pequeña, pero muy cultural, llena de teatros y de universidades con una vida nocturna interesante. La pareja aprovechaba este parate para pulir su "nuevo" idioma y a la vez para renovar y pintar remeras con las que se financian parte de la odisea continental.

La vida del viajero tiene sus grises y cuando existe la oportunidad de una ducha y de un lavarropas no hay que desaprovecharla , menos aún, de reponer un poco de calorías con comida casera... (aunque entre nosotros, lectores, sabemos que de calorías andan bastante bien...Como diría tiempo atrás un expresidente pasado a retiro "a vos no te va tan mal gordito, eh...") y así lo hicieron. Fueron días de mal acostumbramiento, de nuevos amigos, de fiestas de academias de danza, de cumpleaños, de paseos por parques y mates gaúchos donde poco a poco, sin darse cuenta comenzaba a fluir el portuñol....

Dicen que por esos días, el antiguo Gaby Alvarez tomaría un nuevo heterónimo, dejando a la vista su verdadero objetivo: tener un millón de amigos... sí, sí, señores ante ustedes el nuevo "Roberto Carlos", ya saben de su gusto por hablar y conocer gente, si hasta a veces se olvida de su compañera y de la clandestina...

Despejados los cielos y con los vientos a favor decidieron devorar los 400 km que separan Pelotas de la capital de Rio Grande du Sul: Porto Alegre. La clandestina se comportó maravillosamente llevando a los dos viajeros y a sus amigos Horacio y Caren a la gran ciudad sureña por la BR 116.

Recorriendo sus calles y vagabundeando por la gran ciudad el azar o el destino quizo que los viajeros se encontraran con un fanático de las kombis y que muy amablemente se dispusiera a brindarles ayuda. Las grandes ciudades tienen su encanto, pero a veces para los viajeros resultan muy complicadas, ya que se hace peligroso dormir en la kombi en cualquier lado. Es así que los intrépidos aventureros, disfrutaron de su primer noche en Porto Alegre en un gran "loft" con una vista privilegiada, que algunos lo suelen llamar garage o estacionamiento tarifado pr unos 15 reales... Esa noche bajo el techo de un tinglado y con el rugir de los omnibus de la rodoviaria, en la rúa voluntarios da patria, con sus estradas lotadas de "trabajadoras sociales" se arrumaron entre ellos para vencer la extrañez.

La mañana los despertó con gritos de niños, sorprendidos por la hermosura de la verdadera protagonista de esta historia, y ruidos de coches estacionando. La cara de sorpresa de los clientes era digna de ver: el profesor bajando en calzones para ir al baño exclusivo de los empleados con una naturalidad sorprendente. Se dedicaron a vagabundear visitando el mercado municipal, museos de arte, teatros y demás yerbas, comunes a toda gran ciudad.

El nuevo "Roberto Carlos" a esta altura ya estaba planeando sus nuevos pasos a seguir, ya que la ciudad le resulltaba esquiba y el sonido del mar parecía dictarle unos nuevos versos, soñando con la inmensidad del Amazonas. A esta altura, resulta claro, que en verdad los aclamados actorcitos de esta historia se sentían solos y desprotegidos por el santo de los viajeros a mochila y sin plata...
Pero la vida tiene maravillosos misterios, como cantaba melo, el amigo del Cubija, en Valizas, y la diosa de la fortuna les permitio recibir un mail que los esperaban con un increíble asado a la brasilera y con una cochera en la casa del nuevo amigo Wilder para poder descansar mas cómodos y sin necesidad de pagar.

Esa noche festejaron largamente y comieron como nunca... después de tantos días sin carne y la nueva familia adoptiva los agasajó como si fueran sus propios hijos... Wilder había sido en tiempos atrás un viajero empedernido, y por sobre toda las cosas, un busca. Es así que sabía de la necesidad de los viajeros, que a veces necesitan recrear la "ilusión" de que están en casa.

La vida tiene muchas vueltas y sorpresas y ellos dos, solos, con su kombi, conseguían nuevamente una mano amiga que los ayude y que los contengan...

"EYYYY, me parece que te estás olvidando de la más importante..."- escucho alardear....

Es verdad, hasta aquí el relato focalizó su mirada en sólo dos protagonistas, pero la gorda nuevamente sería el personaje estelar de esta bella historia. Gracias a sus armoniosas formas y a su esplendoroso porte, es verdad, que nunca pasa desapercibida y gracias a ella es que estos dos personajes anónimos se van dando a conocer.

Días de disfrute y de camaradería paseando por las orillas de los ríos Guaíba y Jacuí eran moneda común, pero desde un recoveco interior, se escuchaba un aullido urgente de la necesidad de movimiento en ellos dos. La quietud inmoviliza, y no permite conocer nuevas historias y nuevas gentes. Tal es así, que después del tercer día los viajeros ya se disponían a poner proa hacia el mar, ya que la clandestina comenzaba a tener "saudade" de su amante inoportuna.

Dicen que las desigualdades del capitalismo, se pueden observar en muchos indicadores si no miren:

Acostumbrados a la despedidas y a los abrazos viajeros, la ruta se hizo carne y luego de luchar contra las distintas autopistas, de una hora de estar perdidos, pudieron encontrar la salida de Porto Alegre, pasando por la "free way" hacia la famosa BR 101 para tantos argentos que invaden las playas catarinenses todos los veranos.

La ruta por momentos era intransitable, debido a los gigantes y los buracos de la calzada de una sola mano por donde transitan camiones cargados con toneladas que van a 140 km en bajadas y subidas. La clandestina se comportaba con la hidalguía de siempre imponiéndoles a los camiones en las subidas una velocidad de 40 km por hora... No sea cosa que digan que los argentinos no respetan las señales o que los maestros andan a las corridas, che...

En esa tensa calma que los invadía a los dos, de pronto, el joven conductor vociferó: "-Ahora sí me gusta más. Mirá: los SIGNOS vuelven... Vez yo te dije que estabamos luchando contra molinos de viento y que no eran solo morros los que nos frenaban- afirmaba como si fuera coherente su exposición. Martina a esta altura, ya acostumbrada cerraba la boca y fotografiaba lo visto por su amado...

La metáfora y el lugar común, les quitaba la tensión por un rato, pero enseguida los atrapaba la noche en ese infierno de carretera dominada por gigantes, que eran, los verdaderos molinos a derribar. Durmieron por primera vez en un posto de servicio, como llaman en Brasil a las estaciones de gasolina, para no tentar al diablo y no girar la rueda de la fortuna en dirección contraria. A la mañana siguiente bien temprano, partieron y llegaron enseguida al estado de Santa Catarina.

Cuentan que se escuchó un grito de alegría en el que se fundieron al unísono las dos féminas de esta historia: "Al fin, la praia!!!!!". Llegaron a Prai da Rosa con algo de nubes y un poco de calor y para festejar la coronación de la primer praia brasilera decidieron hacer casa ahí mismo.

No todo es color de Rosa, valga la redundancia del lugar. La praia le tendría reservado al joven aventurero un fatdíco episodio. Descansando de la lucha contra los gigantes, no tuvo mejor idea que relajarse y tirarse un rato en la praia a dormir. El espectacúlo era dantesco:

Las tropas se alistaban listas para atacar.

Rodeado por un círculo recreado por quién sabe , a la manera de un ritual la tribu de los "Siri" rodeó al relajado maestro y lo transformó en un exquisito banquete para los dioses del Olimpo. Dicen que mientras él se ahogaba en plácidos sueños y creía estar manteniendo un diálogo sobre "el tiempo" con un filósofo socrático que había asumido la forma de un cangrejo, fue rescatado por su hermosa princesa...

Las pruebas remiten aquella hermosa frase del escritor Macedonio Fernandez que decía "no toda vigilia es la de los ojos abiertos"

El día transcurrió y los amantes descansaron a orillas del mar, en su casita, con una lluvia finita de fondo que rebotaba en el techo de la kombi, despúes de haber comido unos "deliciosos" fideos.

El trayecto sigió por las hermosas praias de Ferrugem, Garopaba, Portobelo. Pero lamentablemente, y ya acostumbrados a dejarse llevar por la "gorda" llegaron a un punto sin camino.

Retrocedieron y retrocedieron y como si fuese bajado de un libro de "Elige tu propia aventura" se encontraron con una división del camino en dos, decidiendo por el de la derecha y luego de andar un largo trecho dieron con ellos:

Soberbios ellos, altivos, como todas las deidades, hicieron del andar una detención y obligados a descender tuvieron que descender para oír los nuevos destinos que les tenían preparados.

El profesor respetuosamente los escuchó y la clandestina se hacía la zonza, temerosa de caer también ella en los infortunios de rueda de la Fortuna.

Como ustedes ya se habrán dado cuenta, seguidores lectores, los dioses castigaron a la pareja de aventureros por haberse desviado de su principal objetivo: la bilblioteca infantil andante.

Con la excusa del idioma y la inseguridad para presentarse ante autoridades escolares con el patético portuñol de esos días, los "cuentacuentos" convencieron a las deidades, que acto seguido les aconsejó, primero, comprar un mapa y segundo, escribir mas seguido, ya que el proyecto tenía que ver mucho con la comunicación y eso estaba escaseando...

Ante la promesa de cumplir a rajatabla esos dos preceptos los tótems dieron paso libre para que la aventura siguiera firme.

Bordeando el litoral catarinense y antes de llegar a Florianópolis, metiéndose por caminos inexplorables dieron con unas dunas tan grandes que tapaban el camino. Llamadas "las dunas de siri", son famosas ya que se van moviendo y van tapando con su movimiento carreteras y casas. Nuevamente en este juego de la oca, a los ingeniosos hidalgos les tocaba retroceder dos casilleros y una nueva prueba les reafirmaba los consejos de los dioses.

Portobelo, Bombas y Bombinhas: lamentablemente empezarían para los viajeros días de inclemencia metereológica que repercutiría en sus estados de ánimo. No es facil vivir dentro de una kombi cuando todo el día llueve y encima el sol no asoma durante más de 10 días

Recorrieron Porto Belo, y esa noche volvieron a su ya conocida morada: estaciones de servicio. El tema del baño es también algo incómodo para viajeros en movimiento y algunos señalan que Martina junto a las demás vajeras de los sitios amigos, está impulsando una ley universal en la que estipula "como derecho ineludible la posibilidad de tener baños públicos y gratuitos en todos lados, que permiten a la gente en trásnsito realizar las necesidades básicas...."

Si hasta suena serio, ché.

Los parajes turísticos tienen esa mezcla de melancolía y de belleza en tiempos de baja temporada ya que todo está cerrado, el tiempo es feo y los que viven son pocos.... Así que imaginense la repercusión que produjo la llegada de estos tres vagabundos a esos parajes. Tal es así que la gente sin nada que hacer se agolpaba ante la kombi, rodeándola y exigiendoles a los kombinautas que estaban regalando y de qué era la promoción... Imagínense la deserción que se produjo ante la gente, que incrédula no podía creer cuando intentaban armar una biblioteca en la vereda... De esta forma la muchedumbre salió agolpada en dirección praia prefiriendo el frío de sus aguas a la propuesta encantadora de los jóvenes maestros.

Preocupado y pensativo, "Roberto Carlos" reposaba sus ideas en las clmas aguas del litoral sureño. La barrera idiomática era un problema para la concreción de los talleres de lectura. Decididos a no doblegarse, arremetieron sus estudios pensando que en un mes ya estarían hablando y traduciendo al portugués los libros de su biblioteca.

Apurando el paso por las playas más famosas para ellos y perseguidos por una tormenta que no cesaba se dirigieron a la ciudad balneraia de Camboriú pasando por Itapema rodeando la BR 101. Lamentablemente el clima poco les dejó hacer. Intentaron recorrer la ciudad de los edificios costeros, con su rúa atlantica bordeando el mar.

En esas caminatas se toparon con un proyecto sumamente interesante: una escuela municipal de surf que saca a los niños de las calles y los aleja de las drogas, enseñándoles surf y dándeles a cada uno una tabla para que desarrollen el deporte. Los ingenuos, a esta altura, por no decir otra barbaridad, se acercaron con la ilusión de poder contagiar a los niños con la propuesta de ellos y por poco que los tiran al agua...

La tarde caía y como no conseguían ningún lugar seguro para dormir decidieron largarse a la ruta para con seguir un buen posto de servicio junto a la ruta. El camino los llevó a Sinuelo, unos de esos puestos donde se ve todo el poderío de los brasileros: estacion de servicio con shopping, dos restaurantes, supermercados, duchas... Imagínense, eso, para los dos viajeros era un auténtico paraíso. Dicen quien nada tiene, poco es una abundancia...

Como podrán observar, queridos lectores, despúes de tiempos de prepotencia la clandestina pudo poner los puntos y jugar de igual a igual. Los gigantes ya no la amedrentaban y paseo sus hermosas siluetas entre los majestuosos ejemplares de doble acoplado o más. Como a manera de "piada" la gorda las sobraba con sus limitados recorridos exponiendoles a continuación el largo recorrido por el cual los llevaría a sus dos inseparables compañeros.

Mientras tanto, los jóvenes "excuentacuentos" descansaban placidamente al caer la noche entre tan grandes compañías.

La mañana lo despertó a Martín agitado y soñando que los poderosos gigantes se complotaban entre ellos y al arrancar todos juntos los aplastarían como lata de sardina... No era un sueño, sino que realidad y el rugir de los camiones era cierto. La osadía se paga caro a veces y de esta forma, sin poder siquiera lavarse los dientes arrancaron nuevamente rumbo norte, destino sur.

El estado de Paraná se les presentaba como una rareza y de esta forma se decidieron a recorrerlo. Alejados de la BR 101, tomaron la PR 412 bordeando la costa del litotal de Paraná, pasando por lugares "increíbles" con nombres elegantes que remitían a otros lugares, especificamente mucho más distintos que ellos: Barra velha, Joinville, Sant Ettienne, Saint Troupé hasta llegar a un ciudad balnearia llamada Guaratuba.

Una canción del Indio reza, "no, no, sueño con presagios"... y eso mismo ocurrió: nuevamente y todavía sin mapas, se les terminó el continente y tuvieron que subir a la gorda a una balsa. La cara de la gente de esos pagos remitía a la sorpresa de observar a tan ilustres visitantes.

Aquí el narrador, debe hacer un parate: ¿A quién se le ocurre viajar sin mapas? ¿Cuántos viajeros pasaron por el estado de Paraná? Tercos como son e inconfundibles soñadores, redoblaron la apuesta y siguieron subiendo, pasando por Pontal do Paranám, hasta una ciudad llamada Paranaguá, situada enfrente de una isla que es un Parque Nacional llamada Ilha do mel. La ciudad es un casco colonial bastante deteriorado, pero con ese encanto que tienen las ciudades portuarias: de ahí llegan barcos llenos de mercaderías que se desplazan en camiones hacia Curitiba y después a San Pablo.
Lamentablemente debido al mal tiempo y a estar fuera detemporada los bracos no saldrían hacia la isla y de esta forma los "locos" aventureros se veían obligados a cruzar la misteriosa mata atlántica, tocando casi con las manos el cielo y las nubes.

Estos momentos son los que sólo los viajeros en igualdad de condiciones entienden. Sólos, ellos dos, la kombi, rodeados de GIGANTES y subiendo durante dos horas morros y morros en 1ra. marcha a sólo 20 km por hora. De repente, el día se hizo noche y comenzó la lluvia neblina, que después descubrirían que serían las nubes. La temperetura descendía, el camino se hacía cada vez más empinado y la kombi parecía ser empujada por los camiones desde atrás...

Luego de andar por esos caminos, los kombinautas se enteraban en una estación de servicio que esa ruta era sólo para camiones y que la mayoría de los coches preferían volver hacia atrás y hacer más km con tal de no andar por ahí. Una vez más la BR 277 era otra conquista. Anocheciendo casi llegando a Curitiba, decidieron que era mucho y se tiraron a dormir en una estación de servicio en las afueras de la ciudad "modelo".

LLegados a la ciudad de mañana, se dedicaron a recorrerla sin saber dónde parar y en una de esas caminatas dieron con un gran personaje, que el actual "Roberto Carlos", apodó "maluco beleza" en honor al insigne músico. Despúes de largas charlas, les declaró que su sueño era llenar todo brasil de bicis como las que el tenía, fabricada con residuos reciclables de aluminio (la mayoría latas de cerveza) con un altoparlante y un estereo para llenar de música y alegría todos los barrios de las ciudades.

La cidade de Curitiba tiene la mejor organización del vehículo público de todo el país. Posee estructuras tubulares que funcionan como paradas cerradas que permiten hacer transbordos sin pagar dos veces y a su vez, carriles exclusivos que hacen que el tránsito sea más tolerable. También es una ciudad bastante cultural y rockera.

En uno de sus tantos paseos descubrieron lo que sería uno de sus lugares favoritos: los comedores o restaurantes populares que permiten a cualquier persona comer por tan sólo 1 real. Indigentes, estudiantes, universitarios, y empleados convergen sin distinción de clases para almorzar un menú bastante bueno para el irrisorio dinero.
Esa es una de las claves y secretos de cómo estos dos viajeros mantienen intactas sus dos pancitas hogareñas...

Buscando por internet y siguiendo el consejo de algunos amigos viajeros dieron con el sitio denominado couch surfing, que permite buscar gente en todas las ciudades del mundo que dispone de lugares para hospedar gratuitamente a viajeros que luego deberán hospedar también a futuros viajeros en su respectiva casa.

De esta manera, la joven pareja conoció a Felipe que compartió su casa y los llevó a conocer la ciudad desde la mirada de un ciudadano y no de un turista.

Gracias a él pudieron conocer muchos lugares que de otra forma les sería imposible. Felipe, un excelente músico de 25 años, los llevó a conocer "La ópera" lugar donde tocara tiempo atrás grupos de la talla de ACDC y Pear Jam

El museo de Olho muy conocido por su forma de ovni, tiene obras muy famosas. Diseñado por Oscar Neymeyer es una de esas obras que en sí mismo ya son piezas artísticas.

Los viajeros jugaron como niños intriducéndose en galaxias desconocidas, viajando en el tiempo y en el espacio, gracias a una obra artística que permite a uno "abismarse"

Luego de "tremendo" viaje posaron cansados para uno de los almanaques del museo picachú...

Despúes de 10 largos días de no ver el sol y de soportar temperaturas de bajos grados, por fin asomó la divinidad y se decidieron a partir hacia el gran monstruo de Brasil: Sao Paulo.

Nuevamente luego de perderse en la salida y de estar mas de 1 hora enmarañados en el tráfico, dieron con la BR 116 que los depositaría en el siguienye destino:

El clima es definitivo en el ánimo de los viajeros, la ruta Curitiba-San Pablo fue una de las que más disfrutaron. La ansiedad de entrar a la 2da ciudad más grande de Latinoamérica y en kombi traspasaba cualquier límite de cordura. La clandestina empujaba con fuerza para derribar los poderosos morros de la famosa autopista que une estas dos ciudades. La misma cruza todo el Parque Estadual Jacupiranga, que mantiene el 96 por ciento de la mata atlantica virgen.

Despúes de una entrada caótica en la que autopistas, rulos, viaductos, embotellamientos y demás, hacían temblar a la joven pareja (y eso que son de Buenos Aires), el destino quizo que el flujo del tránsito los fuera llevando adonde tenían que llegar: el estadio Pacaembú, donde un amigo viajero, Eduardo, que habían conocido en Uruguay, los iba a esperar para hospedarlos en su casa de San Pablo. El encuentro se concretó y la hazaña de entar a dicha ciudad de noche fue festejada largamente durante la noche con cervezas y demás...

La ciudad de los rascacielos es la ciudad de los contrastes: demasiado dinero y demasiada pobreza. Es la mejor exposición de la tesis, que una cosa viene con la otra. Los helicopteros y taxis aéreos son un entorno común para los habitantesy, como también los coches blindados, las cercas electrificadas y la cantidad de distintas policías que hay.

En sus comunes vagabundeos por la ciudad se toparon sorprendidos con un monumento que tiempo atrás, en su país de origen, los viera partir. Intentarón hacer una foto con la kombi, pero lamentablemente el tráfico y la prepotencia de los super autos lujosos se lo imposibilitaron.


Sao Paulo es la única ciudad que está por promulgar una ley que deja sin efecto el uso de coches antiguos, traducido, autos de más de 10 años ya no pueden circular. Imaginen la cara con la que miraban a estos dos extraños y su vieja camioneta... En medio de esa jungla de cemento, los especialistas en arte se dirigieron a los museos del parque Ibirapuera: un oasis en medio de ese caos...

El parque es enorme y es la única manera de que la ciudad tenga un poco de oxígeno. En él se encuentran lagoas, y grandes extensiones y clases de árboles, pájaros y demás...

Los días pasaron y los pequeños en esta ciudad se iban aburriendo. La kombi había quedado estacionada en la calle cerca del estadio de fútbol y casi milagrosamente sobrevivió a una semifinal de la copa de brasil entre Corintians-Vasco, con una batalla campal en el medio, un colectivo incendiado y un muerto de un balazo por los enfrentamientos entre hinchadas... Ellos que creen en los SIGNOS, veían esto como un llamado de atención.

Las postales de las grandes ciudades del mundo con sus coches encayados en 100 km de colas y la violencia urbana cotidiana, empujaron de alguna forma a los viajeros a volver a tomar contacto con la naturaleza, e intentar volver a la carga con la bilbilioteca infantil. Sus deseos son viajar, pero sin la lectura se sienten incompletos, aseguran.

Así que queridos lectores ya me voy despidiendo y de yapa les dejo una de las últimas conquistas de la clandestina, la verdadera protagonista de esta historia.

Abrazos y besos viajeros, próxima estación, ESPERANZA

Pd. Recuerden que "el lujo es vulgaridad".

En el próximo capítulo, reportándose desde ciudad satélite Río de Janeiro.

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