sábado, 12 de noviembre de 2011

ECUADOR: "En la mitad del mundo… Latitud 0º"

Alertados por las noticias y los mails de urgencia, debíamos deponer nuestro principio. Nos habíamos declarado “desaparecidos” forzosamente y, casi, responsablemente. Fantasmas recorriendo Latinoamérica profunda…
Un silencio largo, profundo, y hasta atroz, para los ya casi fugaces seguidores de esta página e historia…
No hemos sido secuestrados por las FARC colombianas, ni sometidos a ser “coyotes” por los ZETAS mexicanos, ni mucho menos, coaccionados por las MARAS centroamericanas…
La distancia era imperiosa y el silencio se transformó en instancia de supervivencia. Decididos a entregarnos de lleno a la naturaleza y reconociéndonos, en sus proezas.
El devenir del destino nos atrapó, nuevamente. Como siempre.
A casi un año de distancia entre relato y realidad, les ofrecemos en esta pequeña entrada, solamente novedades de paradero, y tal vez, quien sabe, más adelante seguirán los capítulos que tanto nos reclaman los exigentes seguidores y lectores mundiales…


Latitud 0´0´´”

Cumpliendo dos años y 7 meses en el camino, el recorrido se hace largo y ensoñador. Casi imposible atrapar tantas sensaciones, e historias.
Alcanzando nuestros casi 50 000 Km., nos encontramos nuevamente en nuestro subcontinente: Sudamérica. Tantas cosas implica esto. Mirar atrás es casi un deber.
Luego de haber cruzado de México a Sudamérica en menos de 15 días, lo que nos había llevado de Ida, casi un año, el sur nos vuelve a recibir, y comenzamos a reconocernos en él…
La realidad nos va comiendo, y aquello que era sueño o viaje, se va acercando cada vez más a su final…



Nuestro Norte, es el Sur…”

La actualidad nos encuentra en Ecuador, país número 15, si eso importa, a estas alturas, en esta larga peripecia llamada “Amérika en Kombi”…
Luego de haber cruzado Colombia, en tan sólo 2 meses, nos ha recibido este precioso país y su hermosa gente. Ni más, ni menos, que en la “Mitad del Mundo”, queridos principitos…
Latitud 0º 0´ 0´´
Pensar que hace tan sólo 2 años y 2 meses, estábamos cruzando, esta misma línea imaginaria, pero del otro lado de Sudamérica, BRASIL, con toda Latinoamérica por delante.
Más viejos y más ¿sabios?, con la piel curtida y los ojos llenos de historias, nos embarcamos en la Vuelta… Como en esa vieja y conocida historia, por tantos de nosotros, donde el viejo y cansado, Martin Fierro, emprende su regreso, tan temido, pero también tan deseado después de haber visto y vivido tanto…
De aquí en más, nos quedan Perú, Bolivia, y Chile, por la famosa Panamericana, para regresar a ¿nuestra tierra?: Argentina. Si todo sale como lo soñamos, para no hablar de planes, nos gustaría estar entrando en la ciudad más austral del mundo, en el aniversario de nuestros 3 años de carretera: el 10 de abril de 2012. Ushuaia. El fin del mundo...
Pero quién sabe, para eso falta mucho y ustedes sabrán, en esta vida nómada, donde el mañana es el hoy, la incertidumbre de la vida nos va acostumbrando y asombrando día a día…
Así es el Viaje, misterioso y mágico…



Vale, queridos principitos, así de cortas y fugaces son nuestras apariciones…
Hasta la próxima será entonces, retomando, ojalá, nuestras historias de Ida, allá por las tierras Mayas y Aztecas… por la carretera.

ABRAZOS VIAJEROS…
DESDE LA MITAD DEL MUNDO…
HASTA EL INFINITO, Y MAS ALLA…

miércoles, 29 de junio de 2011

Capítulo XIX: “Entre Volcanes, el golpe mortal…” (Honduras- El Salvador)

Si nos remontamos a las antiguas latitudes, allí estábamos, nosotros, y ella, intentando escapar de tanta agua. La temporada de lluvias comenzaba, y empezábamos a a sentir las inclemencias del tiempo. Salíamos de Nicaragua, apurados y lamentando el poco tiempo en este país, como les habíamos contado anteriormente, por el famoso permiso restrictivo del CA-4 que nos permite transitar cuatro países en sólo 90 días. La carretera nos volvía a encontrar y con ella volverían los eternos misterios…


Al parecer, saliendo de Nicaragua, nos sorprendía un nuevo ruido en las partes traseras de nuestra entrañable compañera de viaje. El motor parecía rugir como un gatito y no como un tigre. Las caras comenzaron a ponerse serias y en el medio de la ruta, quien les escribe, luego de un chequeo médico, casi de urgencia, dictaminó el cuadro: la camioneta estaba en 2 cilindros, con 2 válvulas quemadas…Uffffffff A bailar se ha dicho!!!!
Las opciones no eran muchas: por un lado estábamos a 300 km de Managua, donde conocíamos gente y talleres que nos pudieran ayudar, pero para eso teníamos que desandar el camino ya hecho; y por otro lado, estábamos a 300 km de Tegucigalpa, capital de Honduras, donde nada conocíamos, ni sabíamos.
El corazón, y el ritmo del camino, quisieron que nos aventuremos hacia el norte.


Honduras nos recibió con lluvias, por supuesto, como no debería ser de otra manera en temporada de lluvias en Centroamérica, con la kombi rodando en dos cilindros, las carreteras casi destruidas y una eterna subida de casi 200 km hasta la capital de este país.


Así quedan las carreteras en la mayor parte de América Central en temporada de lluvias

A cada paso que dábamos, sufríamos con ella, pero como estos dos viajeros son muy optimistas y saben muy bien que “la gorda” aguanta, decidimos llegar hasta Tegucigalpa. En las primeras imágenes que nos devolvía Honduras desde su paisaje y su gente, se percibía un gran cambio: grandes extensiones montañosas por todos lados. Voltear era ver un volcán o una montaña… Así que en este contexto, queridos principitos, la Clandestina, subía al ritmo de un boxeador pidiendo el ruido salvador de la campanada, para reponerse en las bajadas respirando todo el aire posible.
La noche nos sorprendía y debutábamos en el país con una noche de lujo en una gasolinera al ritmo de los camiones y los carros bebiendo cervezas y con musica a todo lo que da, durante largos ratos de la noche…


Y así llegamos… de una u otra forma conseguíamos librar tantas montañas, y una vez más, la noble kombi sacaba a relucir su hidalguía caballeresca…
Gracias a algunos amigos de Nicaragua, llegábamos auxiliados a la casa de Juan José, y su familia, miembros del club VW Cucaratrachas, quienes nos ayudarían a bajar el motor, y a conseguir un mecánico que nos diera una mano revisándolo…
El veredicto de Henry fue el que esperábamos: a bajar el motor y desarmar para ver qué tiene…

A comenzar a bajar nuevamente. Más aprendizajes en el camino

Al otro día visitábamos a nuestro querido Henry, de ahora en más, el master, y nos daba el terrible notición: las dos culatas ya no servían más, se habían dañados camisas y pistones, con tantos km y subidas en 2 cilindros…
Nuestra desazón fue enorme. Veníamos de temporada baja en Nicaragua, y lo que se avecinaba no era mejor, la poca plata que teníamos era para llegar hasta México por lo menos con la gasolina, así que un nuevo reto teníamos por delante.
Juan José, nuestro anfitrión, y su familia, se comprometieron tanto con nosotros y nuestra aventura, que se pusieron manos a la obra… Y así fue:

A los 2 días conseguíamos entrevistas con televisoras locales y radios, cubriendo nuestro preiplo latinoamericanista y haciendo eco de nuestro terrorífico presente. las noticias no se hicieron esperar y amigos de la familia y gente anónima ofreció su ayuda de manera desinteresada.


La casa de repuestos "LA META" nos donó la gran mayoría de repuestos y aceite para la kombi.


Cesar, quien desinteresadamente nos donó dinero para la compra de las 2 culatas y pistones para que la kombi y nosotros pudiéramos continuar con nuestro sueño. Puro corazón.


No sólo eso, sino que Juan José nos consiguió un permiso para que podamos estacionar la kombi dentro de un bar muy elegante y así poder vender nuestras camisetas y artesanías, y de esa forma promocionar nuestra aventura.

La gente que pasó por allí las dos noches siguientes se solidarizó con nuestro sueño, y más que apoyar, lo disfrutaba de una y otra forma, como si estuviese viajando junto a nosotros.

Luego de eso éramos invitados de honor a la inauguración de un nuevo bar en la ciudad capitalina de Tegucigalpa. Poco a poco, mientras la kombi comenzaba a ser reparada en lo del “master” Henry, nosotros trabajábamos un poco y disfrutábamos también de la hospitalidad de los “catrachos”…

Más gente del universo VW que nos quiso apoyar

Algunos chiches nuevos para la viajera…


De esta forma nos íbamos despidiendo de Tegucigalpa y su gente. Lamentablemente mucho tiempo no le pudimos dar, sólo en nuestras idas y venidas de la casa de repuestos al mecánico y del mecánico a casa, veíamos pasar la ciudad por la ventanilla del coche…
Henry, el master, nos comunicaba la tan grata sorpresa de que el corazoncito de nuestra querida kombi ya estaba listo para emprender nuevas aventuras….
Y así dictaba el rictus del camino, allí estaba, para desafiar las terribles carreteras, arrasadas por tantas lluvias…

Henry, y su padre, después de que la Clandestina ya estaba lista…

Con Juan José y José Luis.


Sin la ayuda de toda esta gente, nunca podríamos haber seguido camino tan rápido. Gracias a ellos y a tantos otros, el camino se nos presentaba nuevamente.

1. Caminando en los inicios del mundo maya...

Ya con la kombi como nueva decidimos emprender camino hasta Copan, las primeras ruinas Mayas que teníamos en nuestro camino hacia México. Fue largo y muy montañoso pero llegamos sanos y salvos. El día nos sorprendía con un sol increíble, después de tanto tiempo.


El camino hacia Copán nos sorprendía paso a paso. La cadena montañosa era cada vez más grande, pero con motor casi nuevo, ese no era un problema… sólo el cansancio de tantas curvas y contra curvas, subidas, bajadas, frenos recalentados, etc., etc… cosas que cualquier viajero como nosotros está acostumbrado.

Muchas Guacamayas en la entrada a las ruinas.

Estas serían las primeras en nuestro universo antropológico e histórico a lo largo del territorio Maya y Azteca…

Lo que destaca a Copán de las otras ciudades mayas, es el sofisticadísimo arte que producían. El detalle, la belleza y la técnica que se ven en las esculturas, estelas, jeroglíficos y altares de este sitio, no compiten con el del resto de las ciudades. Este arte se eleva por encima de todo lo que esta por venir para nosotros en relaciona a ruinas.

La sensación que genera estar de frente a las estelas que el gobernante Dieciocho Conejo hizo construir, para perpetuarse eternamente, es de absoluta admiración. Más allá de la belleza del trabajo, nos impacta comprender lo poderosos que se sentían estos líderes. Al ver su postura, los adornos, el gran esfuerzo por engrandecer su tamaño y su magnificencia, entendemos el concepto que tenían ellos de sí mismos. Creían ser no mucho menos que dioses, con todas las letras. Era necesario que el pueblo se admirara y creyera en su condición divina, solo así podía ser gobernada semejante cantidad de gente.

En la foto se ve la cancha de pelota. Los mayas concebían al juego de pelota como un ritual. El juego de pelota representa los orígenes del universo y pretende reactivar los mitos de la creación del maíz y otros fenómenos astronómicos. Éste es un rito de iniciación, muerte y renacimiento que legitima la acción militar y el poder político. La lucha (de jugadores, astros o la pelota) puede representar el encuentro con los dioses del inframundo. Este juego tuvo diversas variantes según la época y el lugar, por general se utilizaba una pelota hecha de caucho que se golpeaba con la cintura, las rodillas, los hombros y los codos.

Los jeroglíficos en el resto de las caras de las estelas, narran hechos históricos sucedidos durante el gobierno de Dieciocho Conejo y tiempos pasados. La escritura evolucionada, su sistema numérico (el primero en incluir el concepto del 0) y su preciso calendario, prueban el altísimo nivel cultural que alcanzó esta civilización mesoamericana, antes de desvanecerse vencida por sus propios errores.

La famosa escalinata que relata toda la dinastía. De lado, una reproducción de cómo debería ser en su período.

La Escalinata Jeroglífica cuenta con más de 1.250 bloques de inscripción. Representa una narrativa histórica que resalta los logros de los antepasados de Humo Caracol, décimo quinto Gobernante de Copán.

La Buena Vibra…

Cabeza de anciano.

La representacion de la muerte y de los guerreros.

El antes y el después...¿Qué pasó, no?

Por lo general, los lugares elegidos, siempre estaban rodeados de montañas y de paraísos naturales. El silencio se escucha (oxímoron), el viento toca la piel y uno comienza a interiorizarse con el entorno. A lo lejos, los pájaros hacen de las suyas.

La imponencia de sus construcciones hablan por sí solas.

En su esplendor la ciudad albergó a más de 20.000 almas. Los motivos de la caída de esta civilización obviamente siguen siendo discutidos. Los investigadores dicen que los mayas no tenían un manejo sustentable de los recursos naturales de los que se nutrían. Devastando los bosques que rodeaban las ciudades, no fueron capaces de sostener sus monumentales obras y su sistema de organización social. Todo aquel poderío terminó por colapsar, aplastado por el rigor de la naturaleza que se cobró justa venganza. Interminables sequías y campañas agrícolas nefastas acabaron con el poder de los gobernantes que tuvieron que resignarse a ver como sus súbditos perdían sus pasos entre la selva, alejándose de las ciudades, con rumbo a tierras lejanas.

Uno de los altares más importantes y hermosos del mundo maya es el Altar Q, de piedra esculpida que representa a los 16 gobernantes de Copán, mandado erigir por Yax Pac en el siglo VI.

Así eran las tumbas de los líderes


De aquí en más, vayan acostumbrándose a ver piedras, porque quedan aún bastantes por visitar…

Y así nos despedíamos de Honduras, pasando la noche en el Pueblito de Copán y disfrutando de una noche de hotel que nos regaló un señor que nos vio en la tele y nos quiso ayudar de esa manera.

Copán es un pueblito muy lindo, ubicado entre montañas, a sólo unos 20 km de Guatemala, rodeado de tranquilidad. Su gente básicamente vive de la agricultura, siendo sau mayoría campesinos, como así también, la presencia de las ruinas hace de este sitio un lugar turístico que es aprovechado por sus habitantes. Por las tardes noches, es infaltable la vueltita a la plaza rodeada de motos taxis y puestos de las tan famosas “pupusas” salvadoreñas.

Tan cerca y tan lejos…

Desandando el camino hacia atrás, desistíamos de entrar a Guatemala por el lado de Copán ya que las carreteras estaban destruidas por la temporada de lluvias, y hacían de estas intransitables. Además teníamos ganas de conocer El Salvador, en contra de la reticencia de la gente y de la supuesta peligrosidad de su capital y de las ya famosas “maras”. Como ustedes saben, queridos seguidores, si hubiésemos tenido algún tipo de temor, nunca podríamos haber salido y llegado hasta donde hemos llegado…
Tal vez, sea el día en que apaguemos los televisores y dejemos de comprar los diarios y de escuchar medios, que sólo se interesan en mostrar lo malo que es y está el mundo, cuando en realidad, cuando uno sale a verlo con sus propios ojos, lo contrario se impone. A vivir, se ha dicho…

2. próxima estación... El Salvador

Lo bueno de Centroamérica, es que las distancias son cortas. En un cerrar y abrir de ojos, uno se topa con otra nueva frontera.

Es bastante contrastante el cambio entre una frontera y otra, El Amatillo en Honduras, está literalmente tomado por puestos callejeros, donde los coches deben transitar por una calle lateral, en ves de hacerlo por el medio de la entrada a la aduana. Los “changarines” se abalanzan para intentar sacar algo de dinero en el tema “papeles”. Desisten cuando se enteran que dichos viajeros provienen de Argentina.

El Salvador es un país muy, pero muy chiquito, si hubiésemos querido lo cruzábamos en 6 horas y llegábamos a Guatemala, pero como a nosotros nos gusta recorrer y conocer cada rinconcito que podamos de los que vamos recorriendo, le dimos una chance para ver sus bellezas.

Llegamos ya entrada la noche, por lo tanto decidimos dormir en una estación de gasolina, en contra de lo que nos habían sugerido. El clima de tensión se observaba, pero también en Honduras, con la cantidad de seguridad privada, que cada negocio posee en sus puertas, con las famosas escopetas recortadas. Por lo demás, el clima rural lejos de las grandes ciudades, impera.

3. Siempre que llovió, paró...

La noche llegaba y conseguíamos una buena gasolinera en un pueblito a escasos 100 km de San Salvador, con duchas incluidas y hasta comedor económico. La novedad: la moneda era nuevamente el dólar, como tiempo atrás en Panamá, temíamos por nuestra economía…

El calor comenzaba a sentirse hasta de noche, así que nuestra primera noche en El Salvador dormimos con todas las ventanas abiertas. A la mañana siguiente nos despertamos con la novedad de que había llovido torrencialmente y nosotros nunca nos enteramos, por lo tanto estaba todo mojado.
A secar se ha dicho, sacamos los colchones, las almohadas, las sábanas, todo pa´ fuera.

Entre tanto acomodo, nos percatábamos que al lado nuestro se estacionaba un bus de turistas españoles que se dirigían hacia una playita bastante alejada y de muy difícil acceso a ver desovar a las tortugas.
Muy curiosos ellos, se fueron acercando uno por uno a la kombi, y después de haberles contado la historia de nuestra aventura, comenzaba la milagrosa bienvenida a El Salvador.
Interesados por su presente de viajeros y de ayudantes sociales en países en vías de desarrollo (uhhh que palabras!!!) nos terminaron comprando muchísimas camisetas y dándonos una muy buena bienvenida a este país, ya que era temporada baja y la verdad que es muy difícil vender artesanías cuando no hay turistas. El destino una vez más nos demostraba que no existe plan. Si no hubiésemos estado en esa gasolinera y nose hubiese mojado todo, nada de eso hubiera ocurrido…

Después de esperar que se levantaran de su siesta estos animalitos de Dios, pudimos seguir camino.
Nuestra intención era llegar hasta San Salvador, la capital, ese mismo día, pero luego del encuentro con los españoles, decidimos torcer el rumbo, y porqué no, seguirlos en el camino hacia un pueblito pesquero, donde desovan las tortugas. El chofer nos explicó pero también nos advirtió que iba a ser bastante complicado llegar ya que los ríos estaban crecidos y había mucha agua.
Pero nosotros insistimos y arrancamos para allá. Obviamente.

¿Pasa o no pasa?

Paso!!! Pero eso no era nada, era un charquito nomás, lo peor vendría después, que ni fotos sacamos porque en cuanto lo vimos, dijimos no, no, no, esto la kombi no lo pasa.
Así que, las tortugas, para la próxima, y volvimos a la carretera para llegar hasta la capital de este país, San Salvador, donde nos esperaba Graciela y su familia.

“Endereza la nave, Enzo… que se nos hunde el Titanic”

¿Contradictorio, no? Casi un debate filosófico se vislumbra en algunos carteles salvadoreños…

Ya camino a la pequeña, o gran capital, según desde donde se lo mire, los contrastes van aumentando. El mundo rural y campesino, casi bucólico, comienza a contrastar con la miseria de las capitales y las lujosas construcciones modernas y ampulosas. Es fácil detectar en San Salvador, donde están los que más tienen y dónde los que están jodidos; y por lo general, no casualidad, es de ese lado donde la violencia hace estragos. Total los ricos, pueden pagar la seguridad privada.

San Salvador y sus volcanes

4. "Vermú con papas fritas y good show... (como en casa)"

Parada obligada desde que salíamos desde Buenos Aires, era esta, la de san Salvador. Resulta que allí viven amigos de la familia de la infancia. Compromiso valga, y a recargar energías. Graciela y su familia nos recibió como en casa, mimándonos con todo tipo de comidas argentinas y haciéndonos sentir un poco más cerca entre tanta lejanía.


Familia Argentina en plena faena con un rico, riquísimo asado, con picadita y empanadas incluídas. No lo podíamos creer!!!!GRACIAS!!!!

“¡¡¡¡No llores por mí, Argentina!!!!”


Aprovechando la estadía en casa de amigos nos pusimos a organizar la casa…Sí, señores, eso que ustedes hacen cada fin de semana cuando llueve o están aburridos, nosotros lo hacemos cada… no mejor, no decirlo…
A lavar se ha dicho, sábanas, fundas, ropa, hacer una limpieza general de toda la kombi, ordenar y reacomodar a ver si entra alguna cosita mas, y dejarla como nueva lista para segur comiendo kilómetros .


Como Graciela amadrinaba una guardería fuimos a leerles unos cuentos de nuestra Biblioteca Infantil andante. Lo cierto es que la temporada de lluvias no amainaba y cada vez más nos imposibilitaba el acceso a ciertas comunidades y el trabajo con los libros al aire libre.

¡¡¡¡¡Graciass por todo Graciela!!!!

5. “Un poco de mar, francés”

Ya con las valijas hechas y el tanque de gasolina lleno, algunos rayitos de sol asomaban para enfilar hacia nuevos caminos, perooooo… una invitación de los amigos de club vw el salvador, hizo de un día más nuestra estadía en la capital salvatrucha.



Esta querida gente sí que nos hizo sentir importante. Arrancaron con una entrevista con cámara y todo; nos hicieron probar muy rico café Salvadoreño y además nos regalaron una noche en un hotel para que podamos compartir una noche mas con ellos.


La postal con sus amores.

Y por supuesto, nos llevaron a comer las tan renombradas “Pupusas Salvadoreñas”, que por cierto son una exquisitez. Una noche a todo lujo., para ahora sí…

Al día siguiente fuimos a conocer dos playas, que según nos contaron en temporada hay mucha gente y sobre todo surfistas, pero como no estamos en temporada, no habia ni un alma, así que bajamos, las conocimos y seguimos viaje.

El mar por estas zonas es bien distinto. El océano Pacífico se pone de un color más oscuro y su oleaje es más violento. Las playas por lo general son de piedras y grandes rocas.

En el camino nos intercepto la gente del club VW de otra ciudad que nos quería conocer, así que nos invitaron a cenar y tuvimos una agradable charla contando anécdotas de nuestro viaje entre cerveza y cerveza, cosa que obligó a que no siguiéramos camino y nos tiráramos a dormir al costado del camino…

¿Qué mirás, cachivache?, parece decir, ante los extraños invasores.

Camino hacia la ciudad de Santa Ana, comenzamos a disfrutar de la ruta del café, observando pueblitos bien coloridos y grandes extensiones de plantaciones de café a todo lo largo de las montañas. Por esos lados la altura es importante, y hace del aroma del café, algo único.

Camino hacia el norte nos desviamos hacia el nombrado sitio arqueológico Tazumal, antiguo lugar Maya con más de tres mil años de antigüedad, más conocido por el paso de Ernesto “Ché” Guevara, en su mítico y transformador viaje por Latinoamérica, que por su majestuosidad.

Humanidad.

Esa noche dormimos en Bomberos de Santa Ana, ya listos para seguir viaje hacia nuestro próximo destino… GUATEMALA, el país de los mil colores… Poco a poco, queridos amigos, nos vamos acercando al destino final de Ida, de esta pequeña historia de aventuras y desventuras. Hoy más que nunca nos separan miles de km y de vivencias, entre estos escritos y la realidad, pero de más está decir, que detrás de estos relatos se esconde el gran misterio, que es la Vida, y en ustedes también está saber interpretarlos, sino de nada serviría todo esto…

Abrazos Viajeros, y distantes…

Desde algún lugar de México.

Por la carretera…

Para ver las fotos...